Propiamente dicho: amor propio (Realismo Sucio)


Aquella noche pensé en todo el tiempo
que llevaba sin verte.
Es lo que tiene la soledad:
trabajas, comes, duermes, bebes cerveza
y de vez en cuando tienes tiempo de leer
algún libro de poemas.
Ese día
hasta me dio tiempo
de pensar en ti
y en como saliste de mi vida.
Te llevaste todo el aire
y para colmo
perdí las llaves de mi casa.
Yo entre cenizas,
pero es lo que tiene jugar con fuego.
Al amor no hay que invocarle,
tan siquiera imaginarle
y lo hice.
Apareció un señor que decía venir
en nombre de Cupido.
Me entregó un arco,
flechas y un millón de dólares.
Con el dinero compré el amor.
El arco lo hice trizas.
¿Y las flechas?,
las clavé en mi pecho.
Mañana será otro día.

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