Llegados a un punto sin retorno,
el tiempo se lastima
igual que un reloj
con manillas de cera expuesto al sol.
Disfrazados de rutina
y mundana soledad,
con esa belleza que tienen las joyas
que guardamos en la mesita de noche
y no sacamos por miedo a la nostalgia.
el tiempo se lastima
igual que un reloj
con manillas de cera expuesto al sol.
Disfrazados de rutina
y mundana soledad,
con esa belleza que tienen las joyas
que guardamos en la mesita de noche
y no sacamos por miedo a la nostalgia.
La tristeza de hoy
es una pena en la distancia
revelada en gestos hábiles,
telediarios de sobremesa
con alivio de anecdotario
y cambio de rumbo
en los botones grasientos
de un mando a distancia.
Se hace demasiado tarde
para un nuevo amanecer,
los minutos se derriten
y ya no quedan mas suspiros
con que apagar el fuego
que incinera los dias.
Algo ocurre
si ya no duelen las pinchazos.
Ardores y silencios de volcán
aliviados a base de ríos de metadona,
porque el mundo es un enorme toxicómano
con mono de felicidad a corto plazo.
Poema perteneciente a "Abrazos, sombras y blues 2012".
Autor: Francisco García Moreno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario