entre icebergs de besos
congelados en la nevera,
y la llenan de sal gorda
para que no rebose de lagrimas,
dejando reposar la melancolía
acrecentada por un spleen de ciudades grises
y la tristeza de pasillos desiertos.
Otros lo hacen por un sueño
enfrentando al olvido con el deseo
mientras dejan como aceite,
fluir los días por las manos.
Triste es desear imposibles
pero mas triste es encadenarse a recuerdos
de por vida.
También los hay que saben sumar
y abren dos o tres puertas a la vez
por cada una que logran cerrar,
aunque siempre dejan un resquicio en la oscuridad
pero acaban rompiendo la marcha atrás.
El miedo es una imagen desastrosa del futuro
que se acaba
cuando uno cuenta hasta tres.
La melancolía es la tristeza del presente
con espejo retrovisor
que celebra la víspera de un segundo futurible.
El pragmatismo es un barco de gigantescas dimensiones
donde arrojar todo por la borda
para después afrontar otro viaje
lleno de nuevos miedos y melancolías.
Autor: Francisco García Moreno.
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